VALOR DEL MES DE OCTUBRE : EL RESPETO

EL RESPETO

 *PARA INFANTIL Y PRIMER CICLO:

Las conejitas que no sabían respetar - Cuento sobre el respeto para niños

Cuento para niños sobre el respeto

Había una vez un conejo que se llamaba Serapio. Él vivía en lo más alto de una montaña con sus nietas Serafina y Séfora. Serapio era un conejo bueno y muy respetuoso con todos los animales de la montaña y por ello lo apreciaban mucho. Pero sus nietas eran diferentes: no sabían lo que era el respeto a los demás.

Serapio siempre pedía disculpas por lo que ellas hacían. Cada vez que ellas salían a pasear, Serafina se burlaba: 'Pero mira qué fea está esa oveja. Y mira la nariz del toro'. 'Sí, mira qué feos son', respondía Séfora delante de los otros animalitos. Y así se la pasaban molestando a los demás, todos los días.

Un día, cansado el abuelo de la mala conducta de sus nietas (que por más que les enseñaba, no se corregían), se le ocurrió algo para hacerlas entender y les dijo: 'Vamos a practicar un juego en el que cada una tendrá un cuaderno. En él escribiréis la palabra disculpas, cada vez que le faltéis el respeto a alguien. Ganará la que escriba menos esa palabra'.

'Está bien abuelo, juguemos', respondieron al mismo tiempo. Cuando Séfora le faltaba el respeto a alguien, Serafina le recordaba el juego y hacía que escribiera en su cuaderno la palabra disculpas (porque así Séfora tendría más palabras y perdería el juego).

Cuento infantil protagonizado por conejitos

De igual forma Séfora le recordaba a Serafina cuando le faltaba el respeto a alguien. Pasaron los días y hartas de escribir, las dos se pusieron a conversar: '¿No sería mejor que ya no le faltemos el respeto a la gente? Así ya no sería necesario pedir disculpas'.

Llegó el momento en que Serapio tuvo que felicitar a ambas porque ya no tenían quejas de los vecinos. Les pidió a las conejitas que borraran poco a poco todo lo escrito hasta que sus cuadernos quedaran como nuevos.

Las conejitas se sintieron muy tristes porque vieron que era imposible que las hojas del cuaderno quedaran como antes. Se lo contaron al abuelo y él les dijo: 'Del mismo modo queda el corazón de una persona a la que le faltamos el respeto. Queda marcado y por más que pidamos disculpas, las huellas no se borran por completo. Por eso debemos respetar a los demás así como nos gustaría que nos respeten a nosotros'.

Cuento enviado por Decxy Araque, Venezuela

Una fábula moderna para niños con valores

Faltoncín aprende a respetar. Fábula moderna para niños

El conejo Faltoncín solía llegar tarde a clase y se ponía en el último pupitre, haciendo ruido: primero arrastraba la silla para sentarse, luego dejaba caer aparatosamente su mochila y por último, levantaba la tapa del pupitre para colocar todos sus libros y cuadernos. 

La maestra Lechuza esperaba pacientemente, pero para cuando el conejo ya estaba en silencio, los alumnos se habían despistado tanto, que tenía que empezar la lección desde el principio. 

- ¡Uff qué largas se le hacían las clases a la pobre maestra!

 A Faltoncín le gustaba ser protagonista. Por eso, también solía interrumpir a sus amigos cuando hablaban, levantando la voz para ser el único al que hicieran caso y se burlaba de quien no pensara como él. 

Como era simpático y hacía muecas divertidas, al principio los compañeros se reían, pero luego poco a poco, se fueron cansando.

 El conejito tampoco respetaba la fila del comedor, ni los turnos, ni los lápices de los compañeros, que cogía sin permiso, pero sí estaba atento para resaltar los fallos que tuviera cualquiera del grupo.

El día en que Faltoncín tenía que hacer una presentación delante de la clase, entre todos decidieron darle una lección.  

- Venía a hablaros del maravilloso mundo de las zanahorias - empezó animado el conejo desde el estrado.

Entonces se fijó en que nadie le estaba escuchando, ni siquiera la maestra Lechuza.

En vano, trató de hacerse oír, pero no lo consiguió. Desanimado, bajó a su pupitre. 

Ese día notó que cada vez que iba a contar algo, el erizo Púa o la ardilla Cascabel le interrumpían sin remedio, así que decidió callarse.

A la hora de la comida, uno por uno, se le fueron colando todos sus compañeros en la fila y al llegar a clase, empezaron a usar los lápices del conejo, sin su permiso.

Faltoncín entonces no aguantó más y entró en cólera: ¡Qué falta de educación, sois unos desconsiderados!, ¡qué poco compañerismo!

Entonces, la maestra Lechuza le explicó que se habían puesto de acuerdo para que viera cómo se sentían ellos cuando él no los trataba con respeto.

Moraleja: Para poder ser respetado, respeta por adelantado.

VIDEO DEL CUENTO "LAS CONEJITAS QUE NO SABÍAN RESPETAR"

https://www.youtube.com/watch?v=jdC0mU-qGr8

VIDEOS DE CUENTOS SOBRE RESPETO:



*PARA SEGUNDO CICLO:

Enlace de cuentos sobre EL RESPETO:




*PARA TERCER CICLO:



*CUENTO SOBRE EL RESPETO A LA DIVERSIDAD CULTURAL PARA EL DÍA DE LA HISPANIDA (SEGUNDO Y TERCER CICLO)

*VIDEO SOBRE CUENTOS DEL DÍA DE LA HISPANIDAD PARA INFANTIL Y PRIMER CICLO:




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